La redefinición metodológica de la tarea de aprender (y de la de enseñar) acaba sí o sí por una redefinición, en nuestros centros educativos, de los espacios y tiempos... Sabemos que el aprendizaje va más allá de las paredes del aula (e incluso de las del propio centro) y por lo tanto se hace necesario salir de ella para crecer: espacios abiertos, diáfanos, flexibles, tabiques de quita y pon... Esta sería, entonces, la mutación definitiva, consecuencia de un cambio de filosofía incompatible con la estructura espacio-temporal actual. Mientras no llega ese momento, o mientras no nos atrevemos a dar tamaño salto, o mientras el dinero dé para lo que dé, seguiremos confinando las sesiones entre cuatro paredes. Entonces llega la pregunta: ¿qué hago yo, entretanto, con esas cuatro paredes?... pues:
"si no puedes tirar las paredes del aula, aprovéchalas". Y aquí va mi sugerencia y mi experiencia:
"las paredes del aula como portfolio de la acción tutorial".
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Pared principal de aula al final del curso 2015/2016 |
Cuando hablamos de acción tutorial nos estamos refiriendo, entre otras muchas cosas, a esos momentos específicos que dedicamos a trabajar con nuestros alumnos dimensiones como
aprender a ser, aprender a convivir, aprender a aprender, aprender a decidir... Es verdad que, probablemente, todos las introducimos (o deberíamos) en nuestras áreas, pero, además, en muchos centros se dispone de un tiempo específico para que tutor y grupo, a través de dinámicas u otras actividades, aborden estos aspectos de una forma específica. En mi caso, hora y media a la semana aproximadamente (10' diarios al entrar, más una sesión semanal de 50'). Los diez minutos no dan para mucho, así que los dedicamos a micromomentos como los sugeridos de forma simbólica en el post
#QuickEDU, una 'app' para poner en forma nuestro Ser, pero las sesiones de 50' son mucho más jugosas. Y de esas sesiones salen, en ocasiones, productos de aprendizaje al igual que en cualquiera de nuestras materias. Algunos son productos individuales, otros de equipo, otros de grupo grande... Una reflexión en un papel, un dibujo, una imagen, un cartel, una frase, un objeto simbólico... Todo huellas que dejan señales de su crecer como persona o como grupo a lo largo del curso. La propuesta, pues, es muy sencilla: aprovechemos las paredes para que se conviertan en
diario o portfolio de ese crecimiento personal y grupal. De forma organizada, secuenciada, estéticamente agradable con la inestimable aportación del tutor vamos construyendo, entre todos, un gran mural/collage con todos esos productos que van saliendo de algunas de las sesiones de tutoría y que se convertirá, al final de curso, en la huella dactilar del grupo. La sensación del aula pasará a ser la de un espacio propio, personalizado, que habla del grupo y de parte de su historia a lo largo del curso como esa habitación de adolescente que con sus posters, fotos y otros objetos acaban siendo un reflejo de su ser.
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Pared principal de aula a mitad de curso 2016/2017
Pared principal a mitad de curso 2017/2018 |
Aprovechando la potencialidad de
Genially os dejo esta sencilla presentación que, con algo más de detalle, desgrana el origen, sentido de algunos de los elementos que conforman la pared principal de aula de la foto inicial de esta entrada.
5 comentarios:
¡Qué buen trabajo, me encanto!
Genial, realmente!! Hermosas ideas y acciones!!! los felicito, promueven creatividad!!
Preciosos murales. Mi enhorabuena.
¡Qué lindo! Queda todo el trabajo registrado en el muro digital
Muy interesante la propuesta y aunque es dado para un nivel de educación primario o secundario, el concepto puede ser fácilmente aplicable al curso universitario.
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